Todos los que estamos en el camino del parto respetado, la lactancia materna, o de la crianza
con apego, somos conscientes de
qué significa “entorno apropiado”, esto es, ese entorno cálido, respetuoso y
adecuado que posibilita, acompaña y favorece, pero no sustituye ni inhibe la
expresión espontánea de la inteligencia de la naturaleza en cada uno de estos
procesos autorregulados y que se expresan a través del instinto. Son etapas de la vida precisas y
localizadas en el tiempo, con lo que resulta fácil sintonizar y permitir su
expresión cuando uno tiene la información y la intención.
Cuando van pasando los meses y primeros años, las
necesidades cambiantes de los niños también se expresan a través de su conducta
espontánea, cuando se dan –nuevamente- las condiciones adecuadas. Todos los niños del mundo responden a
un mandato interno de experimentación en el mundo físico a través de su cuerpo,
de juego creativo que va cambiando de naturaleza a lo largo de los años, de
cultivo de una fantasía desbordante por la cual re-crean el mundo en el que
viven y desarrollan capacidades ligadas a la inteligencia creativa y la mente
intuitiva. Y esta será la base para el desarrollo posterior de la mente
racional y capacidades intelectuales.
Al igual que la oxitocina que se administra por vía intravenosa
inhibe la producción de oxitocina endógena, o que los biberones inhiben la
producción de leche materna, la cultura de la imagen en edades tempranas está
cada vez más privando a los niños de experiencias esenciales para un desarrollo
en plenitud, introduciéndoles
prematuramente en un mundo virtual artificial antes siquiera de haber experimentado
a fondo el mundo real.
Sin embargo, con la información adecuada, es muy fácil gestionar
estos estímulos externos que
invaden el tiempo y la mente infantil, y ofrecerles la oportunidad para ser lo
que son: niños, y no simples clientes de la industria del entretenimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario